jueves, 19 de febrero de 2009

Dos líderes tras la sexta fecha

Toluca alcanzó a Pachuca en lo más alto de la tabla general al vencer en el Jalisco a las Chivas por 2 a 1. Los goles de una injusta victoria los marcaron Mario Méndez, a los 54’ y Sinha, a los 83’, mientras que Ramón Morales, de tiro libre, había puesto las cosas en su lugar a los 74’.
Injusta porque fue el local quien se adueñó del balón desde el arranque del partido, intentando por todo el frente de ataque y monopolizando las llegadas. Volvió a carecer de eficacia, pero esta vez no convirtió al arquero rival en figura, sino a Paulo Da Silva, defensa central. El paraguayo fue el valuarte de la última línea roja, abortando varios intentos del Guadalajara y permitiéndole a su equipo finalizar con el marcador en cero tras los primeros 45’. Jugó tan bien, fue tan importante para los “diablos” que terminó como el mejor del cotejo a pesar de su expulsión a los 85’.
Injusta porque Toluca materializó en gol una de las pocas incursiones al arco de Míchel cuando, tras un tiro de esquina, Méndez le ganó en la marca a Carlos Ochoa y conectó el balón con una barrida. E injusta porque el segundo tanto fue más bien una acción fortuita, cuando Sinha, desde el piso, corrigió como pudo la dirección del esférico tras un remate de Esquivel. El encuentro estaba planteado de aquella manera: el local debía esforzarse y hacer el gasto para llegar al área rival y desperdiciar situaciones, mientras que la visita aprovechó las oportunidades que tuvo para volverse a casa con su cuarta victoria consecutiva.
En contra de las Chivas puede decirse que depende demasiado de la pegada de Morales. Con un tiro libre suyo llegó el empate y, mediante la misma vía, bien cerca estuvo de poner al frente a su equipo. Después, cuenta con una determinada profundidad y consistencia en sus ataques pero carece de definición. Ochoa y Borgetti (que ingresó con el 0-1) no rindieron aún lo suficiente y, de esa manera, los pupilos de Efraín Flores están condenados a depender de Morales, y de que no le pase nada a su jugador estrella.
Chivas acumuló su segunda derrota en fila y quedó con ocho unidades escolta de Tecos en el grupo dos, una zona que sólo tres puntos separan al primero del último. Los “choriceros” son líderes de la tabla general con 14 puntos, producto de cuatro victorias y dos empates.
Pachuca no supo defender una ventaja de dos goles en el Cuauhtémoc de Puebla y se trajo un empate con sabor a poco. Lo ganaba desde los cuatro minutos gracias a Christian Giménez, y luego amplió la ventaja José María Cárdenas, a los 46, pero primero Ramón Núñez, a los 71’ y Álvaro González, a los 87, le devolvieron la vida al local, que no pudo aprovechar la nueva derrota del Necaxa para salir del último puesto de los promedios.
Las primeras dos jugadas marcaron las realidades de cada uno: mientras el local pudo haber abierto la cuenta a los 2’ con un remate cruzado y desviado de Núñez, el que aprovechó su chance fue Pachuca, a los 4’, con un golazo de Giménez. Efectividad pura para un lado e ineficiencia para el otro. Con la ventaja, “tuzos” no renunció al ataque, conscientes de que podía lastimar al rival con su juego ofensivo. Y si bien pudo haberlo hecho durante el primer tiempo, no fue sino a los segundos de comenzado el complemento cuando estiró la ventaja Cárdenas tras una precisa habilitación de Álvarez.
Y allí otro factor determinante para explicar las diferentes realidades: pocos equipos pueden darse el lujo de juntar en cancha a Giménez, Álvarez y Cárdenas, por no citar a Blas Pérez y Ulises Mendivil. Grandes individualidades que marcan la diferencia por sí solas. Pero enfrente, Pachuca se encontró con una oncena herida en su orgullo que debía sumar algún punto si sus intenciones de permanecer otra temporada en Primera son serias. Tras una primera mitad floja, en donde no tuvo el balón ni supo valerse de recursos válidos para llegar a la portería de Calero con peligro, jugó el complemento con otra actitud. Pudo haber descontado antes, pero el juez de línea le cobró una inexistente posición adelantada a Núñez, cuando el hondureño ya se disponía a celebrar.
Pero el atacante estaba en una noche encendida, y lo demostró con el 1-2: recuperó la pelota en mitad de cancha, la trasladó y sacó un excelente remate imposible de atajar. A 20’ del final, Puebla acorraló a su anfitrión y quedó a merced de la velocidad de los delanteros “tuzos”, relamiéndose para aprovechar cualquier contra y liquidar el partido. No lo hicieron y el local se encontró con el empate gracias a otra gran maniobra de Núñez, esta vez con la colaboración directa de Calero: envió un centro, falló el colombiano y González sólo tuvo que mandarla a la red. Empate final y repartija de puntos. Puebla sumó su octava unidad y se encuentra cuarto en el grupo uno, mientras que los “tuzos”, con 14, son líderes de la misma zona.
Nicolás Fábrega

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