miércoles, 11 de febrero de 2009

En un duelo "santo", Lorenzo sacó a bailar a Luis

¿La presión desde el minuto cero? la puso San Lorenzo. ¿La triangulación? San Lorenzo. ¿Los toques de primera, hacia delante y siempre correctos? San Lorenzo. ¿Los goles, los cuatro, en este caso? San Lorenzo. ¿Los errores, sobre todo el de Adrián Martínez a los 3’, al no detener un sencillo remate de Barrientos desde un ángulo cerrado? San Luis. ¿Resultado a todo esto? Un contundente y hasta corto 4 a 1 a favor del local, ante un conjunto potosino casi juvenil defensivamente hablando. Porque si algo había mejorado el equipo de Américo Scatolaro en las últimas dos fechas del torneo doméstico, lo tiró a la basura en los primeros 45’ y, para ser más precisos, en los 15’ iniciales.
Salió a jugar de manera débil, esperando sin marcar en realidad a la media docena de futbolistas argentinos que pasaban al ataque. Silvera, Barrientos, Solari y Bergessio fueron sencillamente incontrolables para la oncena mexicana, que hizo agua por todos lados. No sorprendió en los más mínimo que, apenas con media hora de juego, los de Miguel Ángel Russo ya estuvieran tres goles arriba, gracias a Silvera, en dos ocasiones, y Bergessio. Claro que de gran ayuda fue Martínez, responsable directo del 1-0 y culpable también, aunque en menor talla, del 2-0.
Y si el San Luis regaló el partido desde su sector defensivo (los laterales Monjaraz y Olmedo no pararon a nadie por sus puntas ni recibieron ayuda), desde el medio para arriba la situación no cambió demasiado. Hubo tibios intentos para descontar, pero Barreiro y Diego Álvarez se veían en la obligación de hacer una jugada heroica para llevar cierto peligro al arco de Orión. Los puntas no realizaron un mal encuentro (de hecho, fueron lo mejor del equipo), pero se les hizo imposible aguantar el balón ante cuatro o cinco hombres del local.
Con el rápido 2-0 el partido se terminó. Y a partir del tercero, sólo fue cuestión de acertar cuántos goles terminarían por marcar los argentinos. Quien se la jugó por cinco estuvo cerca, porque ni bien arrancado el complemento, ya con el cuarto en el bolsillo, se le anuló un tanto a Chávez y, a partir de ese momento, la oncena local bajó el ritmo, conscientes de que el resultado ya era inamovible y que tenían otros 90’ por delante el próximo fin de semana. Afuera Silvera y Barrientos, sólo fue cuestión de consumir los minutos. Y en ese lapso, San Luis se arrimó unos metros, se sacó el miedo de encima y jugó con un poco de vergüenza propia que le permitió, cuanto menos, descontar.
Deberá mejorar una eternidad si Scatolaro pretende que los potosinos se metan entre los dos mejores del grupo. Su próximo encuentro será en el Alfonso Lastras ante Libertad. Allí deberá ganar y recuperar los tres puntos perdidos en Argentina. Pero, casi tan importante como una victoria, es recuperar parte de la imagen que el equipo dejó en México o en el avión, vaya uno a saber.
Nicolás Fábrega

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