miércoles, 11 de febrero de 2009

Estuvo a punto de ganarlo, pero el empate no le cayó del todo mal

Guadalajara tenía todo para ganar, pero se quedó con el grito atragantado cuando a los 93’ el goleador argentino del momento, José Sand, puso un poco de justicia en el marcador y dejó las cosas 1 a 1. A priori, antes de pisar el Estadio Ciudad de Lanús, un punto contra ese equipo era positivo, más teniendo en cuenta que se trataba del debut en la Copa, pero la ventaja obtenida a través de Ávila en el primer tiempo y los últimos segundos que faltaban por disputarse, dejaron un sabor agrio en la oncena mexicana.
El 1 a 1 en Buenos Aires le permitió a Chivas continuar con su invicto en Argentina (ahora de seis partidos, con dos victorias y apenas dos goles en contra) y sumar su primer punto en el grupo seis de la Copa. Y se trató de una unidad interesante, puesto que si bien Lanús igualó en el epílogo, pudo (y debió) haberlo hecho antes. Pero la gran actuación de Luis Michel se lo impidió. Incluso, el portero tapatío tapó un tiro increíble de Sand, con una reacción asombrosa, pero poco pudo hacer para que el rebote cayera nuevamente en el atacante y el balón terminara dentro del arco.
Lo mejor de la visita se vio tras la ventaja. A partir de ese momento, dominó la pelota, se agrupó bien en el fondo y no pasó mayores sobresaltos. Pudo haber ampliado el marcador a través de un remate de De La Mora que pasó a centímetros del poste, pero, a pesar de no haberlo hecho, supo cómo jugar con la desesperación de Lanús. Abrió bien la cancha por ambos carriles y sólo le dejó a los argentinos algún que otro remate de media o larga distancia. Guadalajara mostró ser un equipo sereno que se fue cansando con el correr de los minutos y la incesante presión “granate”.
Porque en el complemento Lanús salió en busca del empate con más empuje que ideas, y acorraló a Chivas contra su arco en los últimos e interminables 15 minutos. Sin demasiadas opciones claras de gol, el local fue metiendo cada vez más atrás a su rival, ya sea con pelota dominada (en la minoría de las veces) o con desesperados centros que hicieron dudar a Míchel. Y con un nuevo centro (un tiro de esquina), llegó el cabezazo de Sand, la gran tapada de Michel y el fatídico rebote para el delantero correntino, en el tercer y último minuto de descuento. Fue el 1 a 1 final. Guadalajara sacó del medio y el partido llegó a su fin. Pudo haberse quedado con los tres puntos, pero la repartición de unidades en la cancha del rival más complicado del grupo tampoco se puede desperdiciar.

Nicolás Fábrega

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