domingo, 22 de febrero de 2009

Tecos y Atlas, sonrientes

Toluca y Tecos empataron a uno en el Nemesio Diez, en un resultado que, a pesar de mantener el invicto local, le cayó mejor a los zapopanos. Mejor porque lograron empatarlo tras la rápida desventaja (abrió la cuenta Edgar Dueñas a los 7’ e igualó Claudio Graf cuatro minutos después), y lo hizo en condición de visitante. Pudo haberse quedado con todo el “diablo”, pero el chileno Héctor Mancilla, a los 86’ erró el gol de la victoria tirando afuera un inexistente penal cobrado por De León.
Y el resultado terminó siendo justo. Cierto es que la figura fue José de Jesús Corona, una vez más, responsable directo de que Tecos se vaya con un punto de Toluca. Pero más allá de la magnífica actuación del portero (mostró grandes reflejos y brindó seguridad ante cada balón aéreo), el local se repitió una y otra vez. Arrancó bien, pero se fue desmoronando y jamás le encontró una alternativa a los correctos pases cortos. Movió la pelota de derecha a izquierda, buscó triangulaciones en ataque y jamás abusó del pelotazo, pero fueron argumentos insuficientes para quedarse con la victoria. Pudo haberlo hecho (y fue el único momento que lo mereció) entre los 25’ y 40’ del primer tiempo, cuando acorraló a su rival, pero esta vez Mancilla estuvo más alterado que predispuesto a definir y así se iba la única carta netamente ofensiva del local. Debió haber arriesgado más el “chepo” de la Torre, sobre todo en el complemento, pero optó por mantener la línea de cuatro y sólo al chileno arriba.
Toluca fue un equipo prolijo que respetó su libreto, pero allí estuvo el problema: lo respetó tanto que fue incapaz de generar alguna sorpresa. Y Tecos hizo muy bien su papel. Supo reponerse rápido de la desventaja (el local se había adelantado con un cabezazo de Dueñas) gracias la visión de juego del Rodrigo Ruiz y a la eficacia de Graf. Incluso, el “pony” tocó muchos menos balones que Sinha, pero fue más punzante y preciso que el brasilero. Más peligroso. Y los de Zapopan, que también supieron defenderse con la pelota, le dejaron claro al local que no podían descuidarse, porque siempre que podían salían en velocidad con sus armas ofensivas (Ruiz y Graf) y generaban, sino jugadas de verdadero riesgo, al menos preocupación.
Sobre el final fue el entrenador visitante el que arriesgó, haciendo entrar a Rafa Medina y sacando a un lateral. Fue una clara muestra de para qué está Tecos en el Clausura. Debe sacar puntos para alejarse de la zona caliente de los promedios, y lo está cumpliendo. Es el único líder del grupo dos con 10 unidades, mientras que Toluca no pudo alcanzar a Pachuca en el superliderato, aunque sí manda en su zona, con 15 puntos.
Atlas se aprovechó de un caído Pumas y lo venció 2 a 0, con goles de Lucas Ayala, a los 18’ y Edgar Pacheco, a los 23’. Fue su segunda victoria del torneo y se ubica ahora cuarto en el grupo tres, con ocho puntos. Su vencido quedó quinto en la zona dos, con siete unidades.
Fue un resultado que marcó los estados de ánimo de cada uno: los de Guadalajara están en alza desde la llegada de Ricardo La Volpe, mientras que los universitarios no pueden detener su caída y ya suman cinco juegos sin victorias. La mala fortuna de los capitalinos es tal que pudo haberse puesto en ventaja rápidamente a través de Palencia, pero no aprovechó su chance y le dio vida al local. Y los “zorros” se acomodaron en el campo y ya no dejaron respirar a la visita. Los acorraló y en cinco minutos definió el partido. El estupor de Ferreti fue tal que se vio en la obligación de poner a Pablo Barrera y sacar a Humberto González. De esta manera, antes de los 30’, Pumas cambió su sistema táctico y pasó a defender con cuatro jugadores, cuando venía haciéndolo con cinco.
Pero fue tarde. Porque Atlas le regaló el balón a Pumas con el 2 a 0 y dejó que tomaran ellos la iniciativa. Y la visita lo hizo; no le quedaba otra. Pero equivocó los caminos. Abusó de los pelotazos a Dante López y Palencia, delanteros solitarios que perdieron una y otra vez ante una segura defensa local. La orden de La Volpe tras el descanso fue sencilla: esperar y salir de contra. Eso hicieron sus pupilos, pero no pudieron estirar aún el marcador. Claro que tampoco sufrieron sofocones en su área, y los minutos corrieron hasta que Jaime Herrera ordenó el final. Otro partido apático de Pumas. Atlas, en cambio, se ilusiona con darle alcance a Jaguares y robarle el segundo lugar del grupo tres.
Nicolás Fábrega

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