jueves, 26 de febrero de 2009

Primer set para el "rebaño". El segundo, ¿será en Chile?

Marco Fabián de la Mora, goleador y figura de la noche

Fue demasiado rival para un equipo tan pobre. Nelson Acosta, técnico uruguayo del Everton, había dicho meses atrás que no podían luchar ante Chivas, puesto que el conjunto mexicano maneja un presupuesto muy superior. Y razón no le falta. Guadalajara es uno de los equipos más grandes e importantes de su país, mientras que Everton es apenas un conjunto que aspira desde hace un par de años a lograr cosas fuertes en Chile, pero vive a la sobra de la U y Colo Colo. Y ayer, en el Jalisco, quedó demostrado. El “rebaño sagrado” lo pasó por arriba sin ninguna dificultad. Lo noqueó. Le marcó seis goles porque en el fútbol existe una regla tácita que habla acerca de los códigos, y cuando un resultado ya es demasiado elevado, mejor dejar la cuenta allí. Porque seis goles los pudo haber hecho sólo en el primer tiempo.
Chivas goleó 6 a 2 con goles de Amaury Ponce, a los 17’; Ramón Morales, a los 22’ y de penal; Alberto Medina, a los 32’; Marco Fabián de la Mora, a los 36’ y Javier Hernández, a los 77’ y 86’. Descontaron para la visita Roberto Gutiérrez, a los 50’ y Ezequiel Miralles, a los 51’ a través de la pena máxima.
Lo noqueó Chivas. Y, de haberle ganado por puntos, le hubiese sacado dos en cada round, hasta hacer de la pelea algo catastrófico. Cierto que le llevó poco más de un cuarto de hora encontrarle la vuelta a un rival mareado desde el inicio pero, cuando encajó el primer golpe, cayeron todos juntos. Y, lo más destacable de los pupilos de Efraín Flores, fue que contó con variantes ofensivas. No se quedó con un solo golpe y abusó de él. Le regaló al rival uppercut de derecha con Morales, ganándole la banda a unos débiles defensas chilenos (Rodrigo Ramírez y Jaime Riveros) y uppercup de izquierda con de la Mora (figura excluyente de la noche). Ellos, por las bandas, fueron desgastando al rival, lo hirieron luego (ambos marcaron) y terminaron por matarlo. Pero no se quedó allí el local. Buscó diferencias por el medio, y las encontró en Gonzalo Pineda y Medina. El ejemplo más concreto fue el tercer gol, que llegó por esa vía con un pase profundo entre líneas para el “venado” Medina, que la picó ante la salida de un desprotegido Dalsasso.
A partir del tercero, sólo restaba esperar cuántos goles terminarían por caer en el Jalisco. Y si sólo hubo cuatro en la primera mitad fue porque Chivas ya no presionó tanto al rival, lo dejó respirar y tomar contacto con el balón, y también porque Dalsasso logró esquivar otros golpes. Aún así, hubo tiempo para otro (la defensa y el mediocampo visitante daban lástima) y la cuenta se cerró en cuatro.
Con el partido terminado, Flores pudo haber hecho cambios y darles descanso a algunos jugadores, pero el que modificó hombres y esquema fue Acosta. Puso un delantero más y se paró más firme en el terreno. Eso, más las desconcentraciones del local y la exageración del árbitro Laverni en regalar un penal, le permitió a los chilenos efectuar dos golpes directos (más bien, manotazos de ahogado) y achicar la diferencia a dos en apenas cinco minutos. Se encendieron algunas alarmas en el conjunto tapatío, sobre todo porque le costó volver a ser ofensivo, y en ese lapso de confusión, Everton tuvo posibilidades para achicar aún más las tarjetas. Algo quedaba claro: los chilenos aún no estaban muertos. Faltaba el golpe del nocaut. Y lo dio el “chicharito”, quien reemplazó a un apagado Ochoa. Tras recuperar nuevamente el balón y manejarlo a su antojo, a Chivas sólo le bastó apretar el acelerador un par de veces para mandar a su rival a la lona. Lo hizo con tanta facilidad que quedó la sensación que, de haberlo hecho antes, o a lo largo de los 90’, el resultado pudo haber sido histórico, de esos que se recuerdan a menudo. No fueron tanto mejor los ataques locales como las desconcentraciones del rival, con marcas amateurs, débiles (como la de Vidangossy en el quinto).
Ganó Chivas. Lo terminó por noquear. Le dio un poco de vida al rival, le regaló el gusto de convertir por partida doble en el mítico Jalisco, pero luego lo devolvió a la realidad. El “rebaño” ocupa el primer lugar en su grupo, con cuatro unidades; Everton es tercero con tres, por diferencia de gol.


Nicolás Fábrega

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