Y, un día, sin Ramón Díaz, América volvió a ganar. Tuvieron que pasar cinco partidos para sonreír y sumar de a tres. Derrotó a domicilio a Tigres por 3 a 2, con goles de Salvador Cabañas, a los 28’, Ángel Reyna, a los 54’ y Robert de Pinho, a los 65’, mientras que para el local había abierto la cuenta Lucas Lobos, a los 7’ y descontó luego Juan Pablo García, a los 72’.
Un resultado que evidenció lo que pasó en cancha y que premió a la contundencia de uno y la falta de definición del otro. Tigres salió para comerse vivo al América, con un planteo ofensivo basado en el juego de Lobos. El argentino volvió a demostrar porque se fijaron en él y comandó con maestría a su equipo. Una obra de arte le permitió con un gol olímpico adelantar a su escuadra y, si bien los de Coapa sintieron el golpe y reaccionaron con un planteo más alejado de su arquero, los norteños pudieron haber estirado la diferencia, pero Guillermo Ochoa atajó un tremendo remate de Jonathan de León.
Y hasta allí fue momento de Tigres. América recuperó el balón y abrió la cancha por derecha con Reyna. El 4-4-2 implementado por Jesús Ramírez (en su primera victoria en el equipo) se hizo más elástico y esa versatilidad lo llevó al arco contrario. Menos de diez minutos después que Ochoa salvara la segunda caída, Cabañas se acordó de marcar un tanto, y lo hizo de manera preciosa. Él arrancó la jugada y él la terminó. En la primera llegada con verdadero riesgo, los capitalinos lograron empatar, mientras que Tigres desperdició las que tuvo. A favor del visitante fue que mantuvo su juego a lo largo de gran parte del partido, y eso le permitió ponerse en ventaja y estirarla luego con un gran gol de Reyna de afuera del área, sobre el sector derecho. Durante “gran parte” porque tras el descuento de García, a menos, de 20’ del final, el local se tiró de cabeza en busca del empate, y América sufrió con la misma intensidad que lo vino haciendo hasta ahora. Se salvó del 3 a 3 sobre el final porque Reyna, de gran partido, sacó en la pelota en la línea, ya vencido Ochoa. Eso le permitió a los de Coapa regresar a casa con nueve puntos en el grupo dos, líder junto a Tecos (con un partido menos) y Chivas. Tigres sigue penando y Puebla ya está al acecho en los Promedios.
Pachuca sigue con paso firme transcurrida ya casi la mitad del torneo y, sin Copa por delante, demuestra a cada partido que es el gran candidato junto a Toluca. Goleó en casa a Indios por 3 a 0, con goles de Blas Pérez, a los 24’ y 89’ y José María Cárdenas, a los 86’ y continúa líder del grupo uno con 17 unidades. Los de Ciudad Juárez se quedaron con nuevo en la misma zona.
Fue un resultado extraño, porque el visitante comenzó mejor, a sabiendas que le urgen los puntos para escaparle al descenso. Sin embargo, la poca claridad a la hora de atacar y la falta de contundencia le jugaron una mala pasada. Pudo haberse puesto en ventaja, pero no aprovechó sus oportunidades y Pachuca sí lo hizo ni bien se le presentó la suya. Al local le tomó 20’ encontrarle la vuelta al partido, pero una vez bien planteados en el terreno y ya con el 1 a 0 (Pérez tomó el rebote en el palo tras un remate de Edgar Benítez) el cotejo se hizo un monólogo “tuzo”. Debió irse al descanso con una diferencia más abultada, pero Benítez s mostró errático frente al arco. Indios ya no se parecía en nada al equipo de la fecha pasada ni al de los primeros minutos en el Hidalgo, y el resultado adverso lo llevó a cometer errores infantiles que le costaron caro.
Raro, también, porque Pachuca dejó con vida a los fronterizos a pesar de contar con las chances más claras. Le llevó mucho tiempo sacar una ventaja de dos goles y, mientras tanto, los de Ciudad Juárez aprovecharon para salir de contra y tratar de generar faltas cerca del área, para poder llevarle peligro a Calero con balones detenidos. Y el local, en cuestión de tres minutos, hizo lo que no había podido hacer en más de 60’: definir el cotejo. Una actuación contundente que no dejó ningún tipo de duda. Los “tuzos” manejaron a placer el encuentro, hicieron valer su buen momento y su localía y continúan intratables en el Clausura.
Un resultado que evidenció lo que pasó en cancha y que premió a la contundencia de uno y la falta de definición del otro. Tigres salió para comerse vivo al América, con un planteo ofensivo basado en el juego de Lobos. El argentino volvió a demostrar porque se fijaron en él y comandó con maestría a su equipo. Una obra de arte le permitió con un gol olímpico adelantar a su escuadra y, si bien los de Coapa sintieron el golpe y reaccionaron con un planteo más alejado de su arquero, los norteños pudieron haber estirado la diferencia, pero Guillermo Ochoa atajó un tremendo remate de Jonathan de León.
Y hasta allí fue momento de Tigres. América recuperó el balón y abrió la cancha por derecha con Reyna. El 4-4-2 implementado por Jesús Ramírez (en su primera victoria en el equipo) se hizo más elástico y esa versatilidad lo llevó al arco contrario. Menos de diez minutos después que Ochoa salvara la segunda caída, Cabañas se acordó de marcar un tanto, y lo hizo de manera preciosa. Él arrancó la jugada y él la terminó. En la primera llegada con verdadero riesgo, los capitalinos lograron empatar, mientras que Tigres desperdició las que tuvo. A favor del visitante fue que mantuvo su juego a lo largo de gran parte del partido, y eso le permitió ponerse en ventaja y estirarla luego con un gran gol de Reyna de afuera del área, sobre el sector derecho. Durante “gran parte” porque tras el descuento de García, a menos, de 20’ del final, el local se tiró de cabeza en busca del empate, y América sufrió con la misma intensidad que lo vino haciendo hasta ahora. Se salvó del 3 a 3 sobre el final porque Reyna, de gran partido, sacó en la pelota en la línea, ya vencido Ochoa. Eso le permitió a los de Coapa regresar a casa con nueve puntos en el grupo dos, líder junto a Tecos (con un partido menos) y Chivas. Tigres sigue penando y Puebla ya está al acecho en los Promedios.
Pachuca sigue con paso firme transcurrida ya casi la mitad del torneo y, sin Copa por delante, demuestra a cada partido que es el gran candidato junto a Toluca. Goleó en casa a Indios por 3 a 0, con goles de Blas Pérez, a los 24’ y 89’ y José María Cárdenas, a los 86’ y continúa líder del grupo uno con 17 unidades. Los de Ciudad Juárez se quedaron con nuevo en la misma zona.
Fue un resultado extraño, porque el visitante comenzó mejor, a sabiendas que le urgen los puntos para escaparle al descenso. Sin embargo, la poca claridad a la hora de atacar y la falta de contundencia le jugaron una mala pasada. Pudo haberse puesto en ventaja, pero no aprovechó sus oportunidades y Pachuca sí lo hizo ni bien se le presentó la suya. Al local le tomó 20’ encontrarle la vuelta al partido, pero una vez bien planteados en el terreno y ya con el 1 a 0 (Pérez tomó el rebote en el palo tras un remate de Edgar Benítez) el cotejo se hizo un monólogo “tuzo”. Debió irse al descanso con una diferencia más abultada, pero Benítez s mostró errático frente al arco. Indios ya no se parecía en nada al equipo de la fecha pasada ni al de los primeros minutos en el Hidalgo, y el resultado adverso lo llevó a cometer errores infantiles que le costaron caro.
Raro, también, porque Pachuca dejó con vida a los fronterizos a pesar de contar con las chances más claras. Le llevó mucho tiempo sacar una ventaja de dos goles y, mientras tanto, los de Ciudad Juárez aprovecharon para salir de contra y tratar de generar faltas cerca del área, para poder llevarle peligro a Calero con balones detenidos. Y el local, en cuestión de tres minutos, hizo lo que no había podido hacer en más de 60’: definir el cotejo. Una actuación contundente que no dejó ningún tipo de duda. Los “tuzos” manejaron a placer el encuentro, hicieron valer su buen momento y su localía y continúan intratables en el Clausura.
Nicolás Fábrega
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