jueves, 19 de febrero de 2009

América y Monterrey, realidades diferentes

Si no fuese porque Pavel Pardo metió un milagroso gol de tiro libre a tres minutos del final, el debut de Jesús Ramírez en el Azteca hubiese sido con derrota, y los primeros rumores se hubiesen empezado a escuchar. ¿Fue realmente Ramón Díaz el único culpable de la mala campana en el Apertura y el defectuoso arranque del Clausura? ¿O al América le está faltando algo más? Porque sin el riojano, las “águilas” venían del primer último puesto de su larga historia, y ahora, con el técnico campeón mundial sub 17 obtuvo dos puntos de seis.
Y pudo haber sido uno de seis, pero supo remontarse a una doble desventaja para quedarse con algo en casa. El Atlas se había adelantado a los 23’ con un tanto de Marioni y luego marcó el 2-1 (tras la igualada de Juan Carlos Valenzuela a los 43’) a través de Edgar Pacheco, a los 62’. Y volvió a quedar en evidencia que a los de Coapa les falta un líder, alguien que levante la voz sin pudor y que ordene al equipo. Y no es necesario que haya uno de esos por línea (que sería lo ideal). Con uno en la cancha, teniendo en cuenta la deserción de caudillos que hay en la plantilla americanista, alcanza. Hace falta un Germán Villa, sin ninguna duda.
Porque el América se convirtió en un equipo endeble, al que cualquiera puede ridiculizar. Ya no se lo respeta y los rivales se plantan en el imponente Azteca sin pudor. El primer error de Ramírez fue poner cinco defensores y dejar otra vez en la banca a De Pinho. El segundo fue los constantes cambios posicionales que ejerció durante los 90’. Juan Carlos Silva pasó a ocupar el lateral derecho una vez que Ángel Reyna sustituyó a Edgar Castillo (responsable directo del 0-1. Justo en la semana había afirmado que no estaba en su mejor nivel). Y Reyna fue clave en el desarrollo: primero, un remate suyo derivó en el tiro de esquina que aprovecharía Valenzuela para el empate, y luego un remate suyo en el complemento se estrelló en el travesaño. Con la nueva desventaja (otra vez, ya una constante, gracias a un error defensivo grave), Ramírez puso en cancha a Esqueda y De Pinho y sacó al lateral derecho Óscar Rojas y Vera, respectivamente. Pasó a jugar con tres delanteros, pero eso no le garantizó acorralar a su rival. Tuvo el balón, sí, pero también lo había tenido en el primer tiempo y Atlas demostró mayor peligrosidad sin el mismo.
Pero así como logró empatar en el primeros 45’ con una pelota parada, en el complemento repitió la fórmula. Inoperante para aprovechar a atacantes como De Pinho, Cabañas y Beausejour, se vio limitado a hacer de los tiros libres y los córners sus únicas jugadas de riesgo. Y el gran Pardo le dio la merecida igualdad. Porque si bien el América volvió a jugar mal, no había sido menos que su rival.
Los del DF quedaron últimos junto al Cruz Azul en el grupo dos con seis unidades, mientras que el Atlas, con cinco puntos, está penúltimo en la zona tres.
Monterrey confirmó su gran momento al golear en el Tecnológico al Necaxa por 3 a 0, ubicándose como único escolta de Pachuca en el grupo uno, con 13 puntos, luego de tres victorias consecutivas. Aldo de Nigris marcó a los 65’ y 88’, mientras que Humberto Suazo lo hizo a los 80’. Los “hidrorayos” continúan últimos con dos unidades en el grupo tres, penúltimos en los promedios y, como si fuese poco, sufrió tres expulsiones.
Y eso que había arrancado bien. Porque entendió el juego desde el inicio y cumplió con un buen primer tiempo. Superó a su rival tácticamente al bloquearle sus cartas ofensivas, obligándolo a abusar de los remates de media distancia. Con el correr de los minutos, la visita se animó y pudo haber abierto la cuenta, pero Insúa dilapidó dos oportunidades. Claro que todo se terminó cuando el árbitro Marco Rodríguez expulsó a Joel González. Con ventaja numérica, el local se fue con todo adelante. Vucetich puso en cancha a Alonso Sandoval, Jesús Arellano y Juan Carlos Medina con la única meta de meter el gol de la victoria. Y si bien tardó en llegar, lo hizo y con el primero, se descontaba que vendrían más. Sobre todo, a medida que los de Aguascalientes se iban quedando con menos jugadores. Expulsado Villa, Suazo puso el 2 a 0, a pesar de que Raúl Arias, técnico visitante, había intentado atrincherar a sus pupilos en su área con los ingresos de Marcos Gómez y Edgar Solano. Y, expulsado Luis García, De Nigris aprovechó que los rojiblancos apenas sumaban ocho jugadores para sellar la goleada.
Un 3-0 mentiroso pero que dejó lecturas entrelíneas: Vucetich quiso quedarse en todo momento con los tres puntos, y arriesgó para conseguirlo. Claro que Monterrey contó también con la ayuda del árbitro, que pudo haber evitado alguna que otra expulsión.
Nicolás Fábrega

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