domingo, 15 de febrero de 2009

Tigres, Atlas y su primera sonrisa

En la previa se había hablado de cómo podía repercutir en el conjunto potosino su viaje a la Argentina. Y a pesar del 0-1 ante Tigres en su visita a Monterrey, quedó demostrado que nada tuvo que ver su partido semanal de Copa. Porque San Luis no fue menos que su rival y perdió el partido (anotación del recién ingresado Juan Pablo García a los 73’) porque, una vez más, extrañó horrores la presencia de un nueve de área goleador.
El partido entraba en la etapa más crítica, los aficionados en el Universitario evidenciaban su total malestar y el cuestionado Manuel Lapuente no aguantó más en cancha a Mauricio Romero (no generó nada de nada en ofensiva) y puso a García, semanas atrás hombre de la filial, seguramente sin darse cuenta que aquella variante le iba a dar el necesitado aire, tanto a él, por su situación, como a su equipo. Porque con los tres puntos, Tigres se alejó todavía más del Necaxa y no permitió que Tecos le sacara puntos en el promedio. Continúan pegados, aunque todavía a la espera de lo que hagan Puebla e Indios (exceptuando a los “hidrorayos”, cada vez más condenados).
Y esta vez contaron con la fortuna de su lado. Caso contrario, se tuvieron que haber quedado con las manos vacías, puesto que el San Luis se cansó de errar goles, en parte por su inoperancia ofensiva (aunque dos remates pegaron en los postes) y en parte por la magnífica noche de su arquero, Enrique Palos. Y aquí el segundo acierto de Lapuente: pudiendo contar otra vez con el experimentado Oscar Pérez, prefirió mantener como guardameta al joven Palos. Y éste le regaló una actuación soberbia.
Ahora, ¿le alcanzará a Tigres con esto o deberá depender menos de la suerte y generar algo de juego? La fortuna siempre es bienvenida, pero también pasajera. Y así como un día está de tu lado, puede desaparecer de un momento para otro y, allí, para ganar un partido hay que contar con elementos válidos. Y los regiomontanos no los tuvieron. Se acercaron al área potosina apenas un par de veces, y jamás con peligro. Lapuente deberá trabajar en la mente de sus pupuilos, brindarles confianza. Decirle a Lucas Lobos que tome más el balón, que encare con confianza y busque ayuda en sus compañeros. Darle otra chance a Romero, a pesar de su apagada noche y de su apagado torneo, porque es un goleador y, como tal, puede despertarse sin avisar. Y, una vez conseguido eso, trabajar en la constancia de los ataques, en el volumen de juego. Porque de poco sirve generar dos o tres chances por partido, y dejar, además, que el rival te provoque el doble. Es mucho lo que debe mejorar Tigres, porque ganó sin merecerlo y porque tuvo la fortuna de su lado. San Luis no hizo las cosas mal, pero volvió a perder. Ya lo había hecho en la semana por la Copa y ahora se ubica tercero en el grupo tres, con siete puntos.
Atlas salió del fondo del grupo tres al vencer en el Jalisco por 1 a 0 al Atlante, en el debut como local de Ricardo La Volpe. El solitario gol lo anotó Gonzalo Vargas, a los 3’, y a los 35’ Federico Vilar le tapó un penal a Bruno Marioni, en lo que hubiese sido el 2-0 y la liquidación del partido. Pero el arquero argentino le dio vida a su equipo que, de haber tenido mejor suerte a la hora de definir, de seguro se hubiese vuelto a Cancún con algo más en sus bolsillos.
En lo que fue una constante en la mayor parte de la quinta fecha, los “potros” merecieron un poco más ante un apático Atlas. Pero la mala puntería en sus atacantes, la buena noche del portero Hernández (sin mucho le bastó para ser lo mejor de su equipo) y un tiro libre del especialista Vilar cuando el partido moría que rebotó en la barrera (no cumplió con la distancia) le impidieron sumar al menos un punto y continuar la escalada en el grupo uno, el cual lo encuentra con apenas cinco unidades, lejos de Pachuca y Monterrey.Si bien un gol en contra en ninguno de los casos es una acción de juego positiva, le sirvió a la visita para adelantarse en el campo y buscar el empate sin la necesidad de replegarse en el fondo. La desventaja lo obligó a no cuidar primero su zona defensiva para recién después pensar en el ataque, pero nada de lo que intentó fue suficiente. “Zorros” sufrió algún que otro revés, se vio imposibilitado en generar contras, pero el tempranero tanto del uruguayo Vargas con un remate cruzado le alcanzó.
Nicolás Fábrega

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