lunes, 19 de enero de 2009

Un torneo único

La ligas italiana, española e inglesa podrán ser (y lo son, claro) la más vistas, las más marketineras, pero ni esas ni otras como la francesa o alemana pueden compararse con la mexicana. Sí, cierto que en el campeonato doméstico no juegan los Beckham, los Kaká, los Ibahimovic, los E’too, los Henry o los Messi (y las firmas pueden seguir varias líneas más), pero también cierto es que, por un lado, los campeones no se repiten eternamente, como ocurre con el Inter, Barcelona y Lyon y, por otro, la emotividad de los partidos es única, y no se consigue en ningún continente, en ninguna parte del mundo.
Que hay errores, los hay. Pero los errores hacen de los partidos entretenimientos aún más divertidos. Habrá muchos entrenadores que prefieren observar un 0-0 prolijo técnicamente, pero a los aficionados que pagan la entrada para ver un espectáculo, y a los televidentes que buscan consumir un buen juego, hay que darle emociones, errores, ¿por qué no?... y goles.
Arrancó la primera fecha del apasionante torneo mexicano, y se convirtieron nada menos que 33 goles, aunque el análisis va mucho más allá de la cantidad de veces que los arqueros fueron a buscar la pelota adentro. Hubo partidos que fueron una verdadera fiesta y que merecía hasta jugarse un tercer tiempo. El cotejo entre el último campeón, Toluca, y Atlante, fue un mar de errores defensivos (y ofensivos también: las posibilidades desperdiciadas por el chileno Mancilla, para el local, y Gabriel Pereyra para los “potros” fueron increíbles), pero se trató del partido más emotivo de la fecha.
Lo ganaba el Toluca por dos y tuvo que haberse ido al descanso con una diferencia aún mayor, pero en el segundo tiempo los de Cancún pudieron empatarlo tras un cambio conmovedor de actitud futbolística. Pudo hasta incluso haberlo ganado, pero también estuvo cerca de volverse al puerto sin nada.
Y no fue el único 3 a 3 de la fecha, porque Chivas y Cruz Azul ya habían conseguido ese marcador el sábado. Y habían anotado los seis goles en apenas 47 minutos. Claro que, además de empates, hubo grandes goleadas que dieron que hablar. Monterrey arrancó el torneo con la incertidumbre de haber perdido a su entrenador días antes del comienzo, y tras haber realizado un olvidable Apertura. ¿Qué hicieron los “rayados”? alejaron toda duda con un contundente 4-0 sobre el necesitado Puebla. Y más aún: marcó esa cantidad de tantos aún habiéndose desprendido de Carlos Ochoa y Jared Borgetti, lo que le da todavía más valor al resultado. Los poblanos fueron, sin duda, el conjunto más penoso de la jornada: no sólo se volvieron con una dolorosa derrota, sino que se vieron perjudicados con la victoria de Indios y continúan en el fondo del mar.
A Ramón Díaz la dirigencia del América le había dado un ultimátum de cuatro partidos, tras la lamentable participación en la Interliga: caía ante Santos en Torreón, y parecía que aquellos cuatro encuentros terminarían siendo utópicos, y que al riojano lo despedirían de un día para otro. Pero surgió el salvador, una vez más. Cabañas marcó dos tantos en el difícil Estadio Corona, y le dio vida al argentino. ¿Cuánta? se verá con el correr de las jornadas. Por lo pronto, tendrá una semana para trabajar con relativa tranquilidad y preparar el complicado encuentro ante el Toluca en el Azteca.
Otra goleada la produjo Pachuca sobre Tigres. Los “tuzos”, sin Christian Giménez, pasaron por arriba a su rival y, tal vez los más importante, fue que Blas Pérez pudo sacarse las ganas de convertir con su nuevo equipo, y nada menos que ante su ex. También marco Edgar Benítez, en una delantera que va a dar que hablar en el fútbol mexicano. Los de Monterrey siguen sin reaccionar, a pesar de haber puesto en la cancha lo mejor.
Se jugó la primera fecha y, caso contrario a lo que pasa seguido, se marcaron muchos goles y se vivieron mil emociones. No entraron las recurrentes excusas de que los partidos fueron aburridos por los duros trabajos de pretemporada ni nada de eso. Cada equipo puso lo mejor y trató de regarle a los aficionados aquellas emociones que llevaban más de un mes archivadas. Sí, volvió el fútbol doméstico, y al diablo con las ligas europeas y sus millones.

Nicolás Fábrega

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