domingo, 11 de enero de 2009

Pachuca a la Copa, en un final impactante


Venció por penales 10 - 9 al Atlas, tras empatar 3 a 3. Ganaba 3 a 0 y bailaba a los tapatíos pero, con uno menos, los de Franco lograron la hazaña. Calero atajó cuatro remates.

No hay palabras... aunque haya que buscarlas de algún lado para tratar de armar la crónica. Se trató del partido del año, a pesar de que todavía queden once meses por delante y centenas de juegos. El 3 a 3 entre el Pachuca y el Atlas (10 a 9 por penales para los tuzos), por la final de la Interliga, dejó una vez más al descubierto lo que es el fútbol mexicano: uno de los torneos más apasionantes del mundo, con goles (siempre con goles), llegadas de ambos lados, con equipos que no saben ni les gusta especular y apuestan todo a buscar constantemente el arco contrario. El 3 a 3 entre el Pachuca y el Atlas fue impactante de principio a fin, porque fue mucho más de lo que realmente se vio en cancha. A simple vista quedó reflejado que hubo un tiempo para cada lado, y los dos lo supieron aprovechar a la perfección. Por eso, los de Hidalgo se pusieron en cuestión de minutos dos goles arriba (obra del paraguayo Edgar Benítez) y no tuvo inconvenientes en terminar los primeros 45 minutos con un tanto más a su favor (un gran gol de Christian Giménez).
Pero allí no quedó todo, porque el Atlas, aún con uno menos por la expulsión sobre el final del primer tiempo de Hugo Ayala, salió a matar o morir. Y mató. Porque pasó por arriba al Pachuca, con un juego que no ensayó ni en uno de los primeros 45 minutos. Gonzalo Vargas (responsable del 1-3) y Bruno Marioni no dejaron de correr y trataron de llevar a su equipo siempre para adelante, y lo consiguieron. Por su parte, los tuzos se conformaron con la victoria parcial, creyeron que el partido no podría escaparse y le regalaron la pelota al rival. Que no tardó achicar la diferencia a uno, gracias al tanto en contra de Leobardo López tras un tiro libre del conjunto tapatío. Pero lo mejor, porque todavía faltaba lo mejor, llegaría sobre el final. Sí, porque a falta de cinco minutos, Edgar Pacheco se erró un gol imposible, el del empate, con todo el arco a disposición, y después Marioni no pudo vencer a Miguel Calero cuando una buena parte de Guadalajara ya estaba festejando el milagroso y heroico empate.
Entonces, tras dilapidar dos chances concretas, el destino indicaba como ganador, justo o injustamente, al Pachuca... pero apareció Jorge Achucarro, para colocar un preciso cabezado bombeado sobre el cuerpo de Calero y desatar la locura en el estadio. Sí, porque hasta los simpatizantes de Chivas, esperando el partido de su equipo contra Morelia, festejaron el 3 a 3 final. Y lo festejaron porque el Atlas lo tuvo bien merecido, con un segundo tiempo impecable, remontando una desventaja de tres tantos con un jugador menos y cambiando la imagen en tan sólo 45 minutos.
Aunque el destino volvió a guiñarle el ojo al Pachuca, que pudo haberlo ganado dentro del tiempo reglamentario, pero falló en la definición. Calero, el mismo que se había equivocado en el tercer gol y que no había mostrado seguridad en gran parte del partido, tuvo el final a su favor y, con cuatro penales atajados, se quedó con el protagónico absoluto de la historia.
A pesar de que Atlas había hecho méritos suficientes para ser tapa de todos los diarios.

Ficha del partido:
Pachuca: Miguel Calero; Paul Aguilar, Leobardo López, Marco Pérez, David Muñoz Mustafá; Jaime Correa, Francisco Torres, José María López (Carlos Rodríguez, 58’); Christian Jiménez (Damián Álvarez, 71’), Blas Pérez y Edgar Benítez (Gabriel Caballero, 53’). DT: Enrique Meza.
Goles: Benítez, 13’ y 16’ y Giménez, 33’.
Atlas: Pedro Hernández; Luis Robles, Ismael Fuentes, Hugo Ayala; Darvin Chávez, Lucas Ayala, Óscar Vera (Jorge Torres, 38’); Darío Bottinelli (Edgar Pacheco, 63’); Gonzalo Vargas (Carlos Gutiérrez, 81’), Bruno Marioni y Jorge Achucarro. DT: Darío Franco.
Goles: Vargas, 48’; Leobardo López, en contra, 70’ y Achucarro, 87’.
Expulsado: Hugo Ayala, 45’
Árbitro: Jair Marrufo.
Estadio: Home Depot Center (California).


Nicolás Fábrega.

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